30 años desde que el 26 de agosto de 1997 fue aprobada en la Asamblea Nacional de la provincia de Quebec la famosa
‘Ley 101’, es la pieza clave de la legislación en Quebec para la protección y la promoción de la lengua francesa en la provincia.
.Esta ley tiene un impacto extremadamente importante en la vida cotidiana de todos los habitantes de esta provincia y en particular en los inmigrantes y minorías anglófonas y alófonas (los que nuestra lengua materna no es ni inglés ni francés).
El arquitecto de esta ley fue Camille Laurin bajo el gobierno del Primer Ministro quebeco René Levesque, fundador del ‘Parti Quebeçois’, quien dirigió el primer gobierno separatista que convocó al referéndum de 1980 (el segundo fué en 1995) que fue derrotado de forma contundente (el de 1995 se rechazó por un pequeño margen).
El objetivo se expresó de la siguiente manera:
« Le français devait devenir plus qu'un moyen de communication: il devait correspondre l'expression d'un milieu de vie pour tous les Québécois, c'est-à-dire être la langue normale et habituelle du travail, de l'enseignement, du commerce et des affaires ». .
A treinta años de estar vigente uno de sus logros fué que la mayoría quebeca francófona tomó completamente las riendas del poder político y económico en la provincia y la población en general consiguió una mejoría substancial en sus ingresos, a principios de los 70’s había una brecha con respecto a los anglófonos y actualmente el ingreso promedio de los quebecos francófonos es ligeramente superior:
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Esta ley implicó en su momento y hasta nuestros días severas restricciones para imponer de forma obligatoria el predominio del francés.
Una de sus consecuencias es que los hijos de inmigrantes (incluyendo también a los hijos de quebecos francófonos) no pueden recibir educación en inglés, antes de la aprobación de esta ley la mayoría de los inmigrantes (italianos, griegos, portugueses, etc.) optaban casi todos por el sistema público en inglés.
Esto es algo importante para tomar en cuenta al emigrar, en Quebec nuestros hijos tienen que ir obligatoriamente a la escuela pública en francés y no hay opción.
El sistema público en inglés en Quebec esta reservado a los niños que sus padres hayan cursado su educación en inglés en Canada.
Ni siquiera en escuelas privadas anglófonas que reciban subsidio provincial (la mayoría), la única posibilidad son escuelas 100% privadas que no reciben un centavo del gobierno y por consecuencia son muy caras.
Los cursos de inglés en las escuelas públicas francófonas son deficientes en la mayoría de los casos.
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Caricatura publicada en 1977, el conductor es justamente René Levesque.
"Anglais? To the back of the bus!"
Esta ley ha sido un éxito ya que contribuyó a la cohesión y reforzamiento de la identidad de la sociedad quebeca.
En diferentes aspectos es discriminatoria hacia las minorías no francófonas, pero en el resto de Canada se entendió como una concesión necesaria para confrontar y debilitar los esfuerzos independentistas.
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Gracias a esta ley los quebecos se sintieron con la confianza para votar ‘NO’ a la separación en dos referéndums ya que la primacía del francés está asegurada por la Ley 101.
Adicionalmente la aprobación de esta ley confirmó el hecho de que los intereses de la sociedad quebeca son escuchados, negociados y atendidos al interior de un Canada unido.
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En sus inicios hubo una lucha muy fuerte contra esta ley y una de sus consecuencias negativas fue el éxodo de anglófonos (más de 100,000) que no la aceptaron y se fueron a Toronto, principalmente, así como grandes empresas y los capitales asociados.
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En esa época la Bolsa de Valores de Montreal cerró sus operaciones y el centro financiero del país se desplazó de Montreal a Toronto.
Fue parte del alto costo que tuvo que pagar la provincia para establecer el francés en su situación actual.
Los anglófonos que decidieron quedarse son bilingües y orgullosos quebecos anglófonos que quieren a su provincia y por supuesto a Canada.
Las comunidades italianas y griegas en Montreal fueron bastante beneficiadas porque la segunda generación que nació en los 60’s y 70’s y que todavía pudo estudiar y ser educada en ingles aquí en Montreal supo aprovechar este vacío y ocupar gran parte de los puestos que dejaron vacantes los anglófonos al partir, las empresas siguen necesitando todos los días personas que hablen con fluidez inglés y francés.